Con esta película Roland Emmerich (Soldado Universal, Independence Day, Godzilla, El Día de Mañana) se podría decir que ha tocado techo. Todas las mencionadas anteriormente me gustan, incluso El Día de Mañana consiguió que nos diésemos cuenta de lo patente que es cambio climático, pero 2012 no se lo cree nadie.
Con un argumento simplón, unos actores que no convencen y, eso sí, unos efectos especiales espectaculares se creía que podría volver a coronarse. Para empezar, el inicio de la película es calcado al de La Guerra de los Mundos (la versión de Steven Spielberg): un mal padre, unos hijos que no le quieren -además, el niño es mayor que la niña, prefiere al padrastro y la hija es la única que aún tiene algo de fe en él-, una madre que ha rehecho su vida…
Tampoco me parece correcto el prototipo de americano salvando el mundo, rusos malvados que no merecen vivir… ¿En serio? ¿Hemos vuelto a la guerra fría? Y los efectos especiales son aún menos creíbles, con coches atravesando edificios de cristal, avionetas que cruzan tormentas…
Sobre la crítica que hizo Roger Ebert de la película: “Cuando alguien compra la entrada puede imaginar lo que le espera”, debo ser la excepción. A mí me vendieron una aventura relacionada con los mayas. ¿Vosotros visteis alguna clase de información al respecto en la película? Yo no. Se les mencionó una vez y ya. Esperaba ver algo relacionado con al trilogía maya de Steven Alten, pero tampoco.
Solo creo que con todo el presupuesto que han invertido en rayos, fuegos, terremotos e inundaciones podrían haber contratado unos guionistas con un poco más de ingenio (y no escribirlo el mismo director) o, al menos, no habernos vendido que iba a ser algo sobre culturas mesoamericanas. Podría ser una película catastrófica ambientada en cualquier año, por cualquier motivo, pero, por favor, un menos gastado.
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