domingo, 20 de marzo de 2011

La casa de los espíritus

Nuestra memoria es frágil. El transcurso de una vida es muy breve. Todo sucede tan deprisa que no tenemos tiempo para entender la relación entre los acontecimientos. Esto es lo que mi madre escribió en sus diarios y cuadernos para poder seguir la pista del tiempo.

Así comienza una de mis historias de ficción favoritas. La casa de los espíritus llegó a formar parte de mi vida hace muchos años, cuando yo solo era una niña. Vi la película simplemente porque mi madre la estaba viendo y, a pesar de que entonces no era capaz de comprender por qué sucedían algunas cosas, aunque esa relación de los acontecimientos se escapara a mi entendimiento, sus imágenes y sus personajes me marcaron desde el primer momento. 
La trama de esta cinta está basada en la primera novela de la exitosa escritora chilena Isabel Allende. Cuenta con un reparto de lujo que prácticamente le garantiza una interpretación brillante: Meryl Streep, Jeremy Irons, Winona Ryder, Antonio Banderas (en su primer papel en Hollywood) y Glenn Close son los encargados de encarnar la base de la familia Trueba. En el centro de todos ellos se encuentra Clara (Meryl Streep), una mujer que desde pequeña desarrolló una conexión especial con el mundo de los espíritus. Pero que este detalle y el nombre de la película no os engañe. Pues aunque lo fantástico tiene cierta importancia en el transcurso de la historia no supone ni mucho menos el tema central. 


Mi madre estaba convencida de que Rosa había muerto por su culpa. Creyó que si volvía a hablar alguna vez podría causar nuevos accidentes. Atormentada por la pena y la culpa permaneció en silencio, decidió no pronunciar una palabra a nadie nunca más.
Después de dejar de hablar mi madre vivía en un mundo propio, envuelta en sus fantasías. Un mundo donde la lógica y las leyes de la física no siempre eran aplicables. Vivía rodeada por espíritus del aire, del agua y de la tierra, haciendo que no necesitara pronunciar una palabra durante muchos, muchos años.
La dulzura y amabilidad de Clara choca constantemente con la ira y la brutalidad de su marido Esteban (Jeremy Irons) un terrateniente conservador que regenta la finca de Las tres Marías, contento con la distinción de clases y siempre dispuesto a aprovecharse de los que están bajo su poder.  En medio de este matrimonio se encuentra su hermana, la tía Férula (Glenn Close) una virgen religiosa que durante toda su vida a sufrido el desprecio de todos los que le rodeaban y que encuentra en Clara el cariño que nunca tuvo y tanto anheló.
Esteban tratará de luchar contra los cambios sociales que los nuevos tiempos y las nuevas generaciones traen consigo. Afrontará un frente político en busca de mantener los valores tradicionales y un frente familiar por el que tratará de impedir que su hija Blanca (Winona Ryder) mantenga una relación con un nativo trabajador de sus tierras (Antonio Banderas).
En La casa de los espíritus nos encontramos con una historia llena de amor, pasiones, odio, alegrías y tragedias que reflejan a la perfección las revoluciones sociales que se produjeron a lo largo del siglo XX en los países sudamericanos, en las que las clases populares y las conservadoras (con el apoyo de los militares) llevaron a cabo un terrible y destructivo pulso por conseguir el control de la ciudadanía. Una historia en la que la vida y la muerte comparten una natural relación y en la que todo acto o suceso desencadena una serie de consecuencias que nos llevan a reflexionar sobre la importancia de nuestras decisiones. Esta película hará que os inunden toda clase de sensaciones y conseguirá que os enamoréis de ella para siempre. Desde este blog os animo a todos a que la veáis. Si todavía no os he convencido probad a ver el trailer, no os decepcionará.

Mi madre lo dejó todo escrito para poder seguir la pista del tiempo. Lo que escribió en sus diarios me ha ayudado a superar mis terrores. Y hoy me pregunto si quiero contribuir a la interminable historia de odio, sangre y venganza. Pero ya no puedo encontrar el motivo para hacerlo. Para mí la vida es mi hija, Pedro, la luz, el día, este mismo instante, los recuerdos, el futuro...para mí la vida misma se ha convertido en lo más importante.


Soy incapaz de calcular cuántas veces he visto La casa de los espíritus y, aún así, tardé mucho tiempo en leerme el libro de Isabel Allende. Fue poco después de celebrar mi mayoría de edad y justo antes de comenzar mi etapa como estudiante de periodismo. Si la película ya me había dejado huella, mayor fue el efecto del libro en el que se basa. Y es que la cinta, como es lógico, deja en el olvido infinidad de personajes e incluso una generación completa es obviada. por completo. Precisamente este es uno de los aspectos que más me gustaron de la novela: la continuación de toda una saga familiar y la relación e inevitable conexión entre la vida de las primeras y las últimas generaciones. Es imposible no establecer similitudes entre la obra de Allende y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. Para empezar, ese extenso árbol genealógico que forman los personajes de la novela se repite, como ya hemos dicho, en La casa de los espíritus. En ambos libros el realismo mágico, esa manera tan peculiar de introducir en el transcurso de hechos históricos un ambiente de fantasía, está presente en buena parte de sus páginas. Eso sí, hablamos, en el caso de Allende, de un realismo mágico bastante suavizado. La última gran coincidencia entre ambas obras hace referencia a uno de los personajes secundarios: Rosa, la hermana mayor de Clara, que posee una belleza sobrenatural capaz de escapar al sentido de la lógica bien podría ser Remedios la bella de Cien años de soledad
A pesar de esas semejanzas, el estilo personal de la autora se percibe en cada línea que escribe, ofreciéndole a su primera obra un encanto irresistible. Isabel Allende sabe cómo recrear a la perfección cada situación, sabe involucrar de tal modo al lector hasta el punto de creer estar en la piel de cada uno de los personajes, de sentir sus pesares y sus esperanzas. 
Si en la película ya podíamos apreciar la importancia de esa relación entre los acontecimientos, en el libro esa reflexión se vuelve eje principal. Cualquier suceso, por insignificante que pueda parecer en un principio, puede ser el desencadenante de una cadena de circunstancias,  la mayoría de ellas sobrecogedoramente trágicas.  
Una obra indispensable para los amantes de la lectura y una de las mejores autoras que ha visto el siglo pasado y que continuará haciéndonos felices con la magia de la literatura durante muchos años.

2 comentarios:

  1. pues esa pelicula tambien ha sido muy importante para mi. Sobre todo lo de Glen close acabó conmigo q ue maravilla. Ojala te pases por mi blog LA ISLA Y LA ESPINA. UN abrazo desde Cuba. EStoy haciendo un libros sobre peliculas, un libro de versos y voy ainclkuir esto Gracias pro reesta evocacion tan hermosa yt doicumentada

    reinaldo cedeño

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  2. Muchísimas gracias por tus palabras. Es un placer que las mías puedan agradar a alguien. Me gustaría que me dieras más información sobre ese libro del que hablas.
    Seguiré tu blog con mucho interés. Un abrazo desde Barcelona.

    P.D. Perdona por tardar tanto en contestar, tenía el blog bastante abandonado... pero ya lo he retomado!

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