domingo, 6 de marzo de 2011

Los Oscar hacen justicia

Después de que el año pasado En tierra hostil (película que, a pesar de su buenísima crítica, no consiguió transmitirme nada más que aburrimiento y me demostró lo idiotas que pueden llegar a ser algunos soldados norteamericanos) fuera la gran triunfadora en la gala de los Oscar, el pasado domingo me temía lo peor. Por suerte, los premios estuvieron bastante repartidos e hicieron justicia a los méritos de los nominados en cada categoría. El discurso del rey ha sabido conquistar a la Academia y fue la más premiada de la noche. Quizá el Oscar a mejor director se lo merecía más otro, como el director de Cisne negro, que Tom Hooper, pero su trabajo también es digno de tal reconocimiento. En cuanto a los 4 actores galardonados, se cumplieron las expectativas y ganaron exactamente quienen tenían que hacerlo. 



Lo reconozco, no vi la gala. Mis lunes son  muy largos y no era cuestión de empezarlos sin haber dormido nada. Así que del transcurso de la gala en sí no puedo opinar gran cosa. Solamente puedo hacerme eco de los comentarios que he ido escuchando durante esta semana, comentarios que coinciden en todos los casos. En general, volvió a ser una gala aburrida y pesada, algo que llevan intentando superar año tras año y que nunca acaban por conseguir. Seguramente, los actores seleccionados para presentar la gala no fueran los más adecuados. James Franco, con su aire de 'chulillo de playa', cortaba, según me han contado, todos los buenos intentos de Anne Hathaway, a la que el trabajo le quedaba un poco grande. Con la cantidad de genios del cine y la comedia que podemos encontrar en Hollywood no me explico donde está el problema. ¿Tan difícil resulta encontrar unos presentadores que sepan mantener a la audiencia atenta y emocionada? A ver con quién nos sorprenden el próximo año. 



El apunte curioso de la noche, sobre todo para los no estadounidenses del mundo, fue el pequeño lapsus que sufrió Melissa Leo, la ganadora a la mejor actriz de reparto por The Fighter, al soltar una palabra mal sonante. Y remarco lo de los no estadounidenses porque en el país de la libertades no vieron el momento en el que la actriz soltaba un 'jodidamente' en supuesto directo. En fin, una muestra más de hipocresía que nos viene a mostrar lo diferentes que son en el fondo nuestras culturas. Mientras una gran parte de los españoles se preparan, mal que me pese, para ver Torrente 4, a poder ser en 3D, y reír sin parar con las guarradas de Santiago Segura, en la meca del cine occidental no conciben que una palabrota que los ciudadanos utilizan a diario pueda escucharse por televisión. En fin, para mí ni una cosa ni la otra.

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