domingo, 27 de marzo de 2011

No, gracias, no me gusta el vino

No tengo ningún problema en reconocerlo: no me gusta el vino y por ello soy incapaz de comprender qué es lo que hace que sea tan importante como para entrar a formar parte de nuestra cultura más arraigada. El mundo del vino y la cantidad de seguidores de que dispones es un tema que siempre me ha causado intriga. No hay duda de que algo especial debe tener para que una bebida más se convierta para una gran mayoría en algo tan esencial para que una comida se disfrute plenamente. 
Desde que era una cría he presenciado conversaciones interminables sobre infinidad de clases de vinos, debates sobre la intensidad de sabor de unos y el sabor dulzón de otros. Por este motivo, además del hecho de que tanto su sabor como su aroma me echen para atrás,  se trata de un tema que me aburrre inmensamente. El jamón ibérico es uno de mis manjares preferidos, pero soy incapaz de imaginarme manteniendo una conversación con alguien sobre los distintos tipos y marcas de este embutido tan delicioso.
Sea como sea, lo que es innegable es que el vino es, en algunos casos, un "lujo" al que muy pocos están dispuestos a renunciar. De hecho, no hace falta más que entrar en cualquier restaurante y contabilizar en cuántas mesas han pedido al menos una botella de esta bebida tan especial para darse cuenta de su importancia. Y eso teniendo en cuenta que del conjunto de la carta suelen ser los productos más caros. Por no hablar de la cantidad de gente adinerada que no les tiembla la voz al pedir un vino que les costará millones.
Como total desinteresada en el tema no puedo aportar nada más, aunque si conoces la clave del éxito que explique la importancia del vino como parte de la cultura universal agradeceré que me ofrezcas tu explicación personal.

El futuro llega a las salas de cine

Las nuevas tecnologías están revolucionando constantemente nuestra concepción del cine. Si  creíais que lo habíais visto todo cuando hace poco más de un año el 3D llegó a la inmensa mayoría de salas de cine con la película Avatar, lo que estáis a punto de descubrir os dejará asombrados. Si observáis con atención la imagen de la izquierda comprenderéis de lo que hablo. Y es que ahora es el turno de la alta definición que podréis disfrutar exclusivamente en los cines del nuevo centro comercial Splau! en Cornellà de Llobregat. Hablamos del primer cine equipado con este nuevo avance tecnológico de España y uno de los pocos que existen en toda Europa. 
Pero lo más especial de estos cines no es el hecho de que muchas de sus películas (normalmente las de acción y efectos especiales) se proyecten en Full HD, sino que además el diseño de la sala consigue dejarte con la boca abierta.  Lo primero que logra llamar tu atención es la pantalla: mucho más alta que la del resto de cines y ligeramente inclinada hacia los espectadores para crear una sensación envolvente. Después te puede sorprender el hecho de que en las escaleras hayan barandillas. Esto es así por su inclinación, necesaria para conseguir que la cabeza del de delante esté a la altura de tus pies. En cuanto al sonido, existen dos zonas diferenciadas según la inmersión en la película que provocará. En la parte alta es mínima, mientras que en la baja podrás disfrutar de una máxima inmersión de sonido. De ese modo, todas las filas de la sala tienen sus privilegios.
Pero lo mejor viene ahora. Supongo que os habréis fijado en la segunda imagen. En ella aparecen unos asientos rojos, diferentes al resto y con una apariencia muy cómoda. No os podéis imaginar lo a gusto que se ven las películas en el cine sentados en esos butacones. Aparte de lo confortables que son, disponen de dos botoncitos para inclinar el respaldo y los pies de la butaca. Para sentirte como un rey. Seguro que estáis pensando que por reservar esos asientos os pegarán la clavada. Si es así estáis muy equivocados. Tan solo tenéis que solicitar la tarjeta fidelidad que obtendréis inmediatamente y totalmente gratis. 
La única pega es, y solo de momento, que muchas de las películas que encontramos en cartelera no han sido filmadas con la tecnología Full HD. En ese caso nos tenemos que conformar con las comodidades que ofrece la sala, que no es poco. En mi caso, tengo pendiente ver una película con estas características especiales y aún así, quedé impresionada con la experiencia. Por ahora no puedo más que imaginarme cómo debe ser sumar a toda esa modernidad propia de la imaginación futurista una película en 3D y Full HD. Me muero por descubrirlo.

lunes, 21 de marzo de 2011

Up in the air

En medio de una situación de crisis como en la que nos encontramos hay que tener valor para rodar una película como Up in the air. George Clooney encarna el papel de un hombre experto en despedir a gente. Maleta en mano, pasa su vida viajando a lo largo del país norteamericano para comunicarle a todo tipo de empleados que ya no hace falta que vuelvan a su trabajo al día siguiente. Y lo hace, además, vendiendo esta trágica situación como la oportunidad que estaban esperando. No es el momento de venirse abajo, sino una última ocasión de luchar por lo que siempre quisieron ser.
Con este argumento y con la difícil situación económica que atraviesa medio mundo, era muy fácil caer en un intento de levantar el ánimo de una sociedad en la que el temor a perder el trabajo o la tragedia de haber pasado ya por ese mal trago no hace más que ir en aumento. Por suerte, Up in the air huye de ese aspecto y lo desplaza a un plano secundario. Para el director de Juno priman los sentimientos humanos más básicos como la necesidad de tener a alguien cercano a quien acudir en los momentos más duros o el deseo enfrentado de llevar una vida sin ataduras.
Toda la fuerza de la película se transmite a través de un guión tan intenso como impecable que en más de una ocasión te hará reflexionar sobre la complejidad del ser humano. Resulta increíble lo persuasivo que puede acabar siendo un simple y claro discurso y lo rápido que puede cambiar de parecer una persona en cosas tan importantes como casarse o intentar escapar de una vida demasiado planeada. 
Lo único que me decepcionó fue el final de la película, muy por debajo del nivel global del film. Aun así la disfruté y la recomiendo.


domingo, 20 de marzo de 2011

La casa de los espíritus

Nuestra memoria es frágil. El transcurso de una vida es muy breve. Todo sucede tan deprisa que no tenemos tiempo para entender la relación entre los acontecimientos. Esto es lo que mi madre escribió en sus diarios y cuadernos para poder seguir la pista del tiempo.

Así comienza una de mis historias de ficción favoritas. La casa de los espíritus llegó a formar parte de mi vida hace muchos años, cuando yo solo era una niña. Vi la película simplemente porque mi madre la estaba viendo y, a pesar de que entonces no era capaz de comprender por qué sucedían algunas cosas, aunque esa relación de los acontecimientos se escapara a mi entendimiento, sus imágenes y sus personajes me marcaron desde el primer momento. 
La trama de esta cinta está basada en la primera novela de la exitosa escritora chilena Isabel Allende. Cuenta con un reparto de lujo que prácticamente le garantiza una interpretación brillante: Meryl Streep, Jeremy Irons, Winona Ryder, Antonio Banderas (en su primer papel en Hollywood) y Glenn Close son los encargados de encarnar la base de la familia Trueba. En el centro de todos ellos se encuentra Clara (Meryl Streep), una mujer que desde pequeña desarrolló una conexión especial con el mundo de los espíritus. Pero que este detalle y el nombre de la película no os engañe. Pues aunque lo fantástico tiene cierta importancia en el transcurso de la historia no supone ni mucho menos el tema central. 


Mi madre estaba convencida de que Rosa había muerto por su culpa. Creyó que si volvía a hablar alguna vez podría causar nuevos accidentes. Atormentada por la pena y la culpa permaneció en silencio, decidió no pronunciar una palabra a nadie nunca más.
Después de dejar de hablar mi madre vivía en un mundo propio, envuelta en sus fantasías. Un mundo donde la lógica y las leyes de la física no siempre eran aplicables. Vivía rodeada por espíritus del aire, del agua y de la tierra, haciendo que no necesitara pronunciar una palabra durante muchos, muchos años.
La dulzura y amabilidad de Clara choca constantemente con la ira y la brutalidad de su marido Esteban (Jeremy Irons) un terrateniente conservador que regenta la finca de Las tres Marías, contento con la distinción de clases y siempre dispuesto a aprovecharse de los que están bajo su poder.  En medio de este matrimonio se encuentra su hermana, la tía Férula (Glenn Close) una virgen religiosa que durante toda su vida a sufrido el desprecio de todos los que le rodeaban y que encuentra en Clara el cariño que nunca tuvo y tanto anheló.
Esteban tratará de luchar contra los cambios sociales que los nuevos tiempos y las nuevas generaciones traen consigo. Afrontará un frente político en busca de mantener los valores tradicionales y un frente familiar por el que tratará de impedir que su hija Blanca (Winona Ryder) mantenga una relación con un nativo trabajador de sus tierras (Antonio Banderas).
En La casa de los espíritus nos encontramos con una historia llena de amor, pasiones, odio, alegrías y tragedias que reflejan a la perfección las revoluciones sociales que se produjeron a lo largo del siglo XX en los países sudamericanos, en las que las clases populares y las conservadoras (con el apoyo de los militares) llevaron a cabo un terrible y destructivo pulso por conseguir el control de la ciudadanía. Una historia en la que la vida y la muerte comparten una natural relación y en la que todo acto o suceso desencadena una serie de consecuencias que nos llevan a reflexionar sobre la importancia de nuestras decisiones. Esta película hará que os inunden toda clase de sensaciones y conseguirá que os enamoréis de ella para siempre. Desde este blog os animo a todos a que la veáis. Si todavía no os he convencido probad a ver el trailer, no os decepcionará.

Mi madre lo dejó todo escrito para poder seguir la pista del tiempo. Lo que escribió en sus diarios me ha ayudado a superar mis terrores. Y hoy me pregunto si quiero contribuir a la interminable historia de odio, sangre y venganza. Pero ya no puedo encontrar el motivo para hacerlo. Para mí la vida es mi hija, Pedro, la luz, el día, este mismo instante, los recuerdos, el futuro...para mí la vida misma se ha convertido en lo más importante.


Soy incapaz de calcular cuántas veces he visto La casa de los espíritus y, aún así, tardé mucho tiempo en leerme el libro de Isabel Allende. Fue poco después de celebrar mi mayoría de edad y justo antes de comenzar mi etapa como estudiante de periodismo. Si la película ya me había dejado huella, mayor fue el efecto del libro en el que se basa. Y es que la cinta, como es lógico, deja en el olvido infinidad de personajes e incluso una generación completa es obviada. por completo. Precisamente este es uno de los aspectos que más me gustaron de la novela: la continuación de toda una saga familiar y la relación e inevitable conexión entre la vida de las primeras y las últimas generaciones. Es imposible no establecer similitudes entre la obra de Allende y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. Para empezar, ese extenso árbol genealógico que forman los personajes de la novela se repite, como ya hemos dicho, en La casa de los espíritus. En ambos libros el realismo mágico, esa manera tan peculiar de introducir en el transcurso de hechos históricos un ambiente de fantasía, está presente en buena parte de sus páginas. Eso sí, hablamos, en el caso de Allende, de un realismo mágico bastante suavizado. La última gran coincidencia entre ambas obras hace referencia a uno de los personajes secundarios: Rosa, la hermana mayor de Clara, que posee una belleza sobrenatural capaz de escapar al sentido de la lógica bien podría ser Remedios la bella de Cien años de soledad
A pesar de esas semejanzas, el estilo personal de la autora se percibe en cada línea que escribe, ofreciéndole a su primera obra un encanto irresistible. Isabel Allende sabe cómo recrear a la perfección cada situación, sabe involucrar de tal modo al lector hasta el punto de creer estar en la piel de cada uno de los personajes, de sentir sus pesares y sus esperanzas. 
Si en la película ya podíamos apreciar la importancia de esa relación entre los acontecimientos, en el libro esa reflexión se vuelve eje principal. Cualquier suceso, por insignificante que pueda parecer en un principio, puede ser el desencadenante de una cadena de circunstancias,  la mayoría de ellas sobrecogedoramente trágicas.  
Una obra indispensable para los amantes de la lectura y una de las mejores autoras que ha visto el siglo pasado y que continuará haciéndonos felices con la magia de la literatura durante muchos años.

domingo, 6 de marzo de 2011

Los Oscar hacen justicia

Después de que el año pasado En tierra hostil (película que, a pesar de su buenísima crítica, no consiguió transmitirme nada más que aburrimiento y me demostró lo idiotas que pueden llegar a ser algunos soldados norteamericanos) fuera la gran triunfadora en la gala de los Oscar, el pasado domingo me temía lo peor. Por suerte, los premios estuvieron bastante repartidos e hicieron justicia a los méritos de los nominados en cada categoría. El discurso del rey ha sabido conquistar a la Academia y fue la más premiada de la noche. Quizá el Oscar a mejor director se lo merecía más otro, como el director de Cisne negro, que Tom Hooper, pero su trabajo también es digno de tal reconocimiento. En cuanto a los 4 actores galardonados, se cumplieron las expectativas y ganaron exactamente quienen tenían que hacerlo. 



Lo reconozco, no vi la gala. Mis lunes son  muy largos y no era cuestión de empezarlos sin haber dormido nada. Así que del transcurso de la gala en sí no puedo opinar gran cosa. Solamente puedo hacerme eco de los comentarios que he ido escuchando durante esta semana, comentarios que coinciden en todos los casos. En general, volvió a ser una gala aburrida y pesada, algo que llevan intentando superar año tras año y que nunca acaban por conseguir. Seguramente, los actores seleccionados para presentar la gala no fueran los más adecuados. James Franco, con su aire de 'chulillo de playa', cortaba, según me han contado, todos los buenos intentos de Anne Hathaway, a la que el trabajo le quedaba un poco grande. Con la cantidad de genios del cine y la comedia que podemos encontrar en Hollywood no me explico donde está el problema. ¿Tan difícil resulta encontrar unos presentadores que sepan mantener a la audiencia atenta y emocionada? A ver con quién nos sorprenden el próximo año. 



El apunte curioso de la noche, sobre todo para los no estadounidenses del mundo, fue el pequeño lapsus que sufrió Melissa Leo, la ganadora a la mejor actriz de reparto por The Fighter, al soltar una palabra mal sonante. Y remarco lo de los no estadounidenses porque en el país de la libertades no vieron el momento en el que la actriz soltaba un 'jodidamente' en supuesto directo. En fin, una muestra más de hipocresía que nos viene a mostrar lo diferentes que son en el fondo nuestras culturas. Mientras una gran parte de los españoles se preparan, mal que me pese, para ver Torrente 4, a poder ser en 3D, y reír sin parar con las guarradas de Santiago Segura, en la meca del cine occidental no conciben que una palabrota que los ciudadanos utilizan a diario pueda escucharse por televisión. En fin, para mí ni una cosa ni la otra.