miércoles, 20 de julio de 2011

Harry Potter y las reliquias de la muerte - Parte 2

Existen dos tipos de espectadores de la saga de Harry Potter: los que acuden a verla al cine cada vez que se estrena en las salas como si de una especie de obligación se tratase, sin que los personajes les preocupe especialmente e incluso perdiendo el hilo de la historia en algunos momentos. Y también están los que dejaron que el joven mago entrara en sus vidas hace muchísimos años a través de las páginas escritas por una tal J.K. Rowling, que consiguió que millones de personas se engancharan a sus libros y vivieran con ansiedad la publicación de cada una de las partes en las que se divide su obra. Para estos últimos, Harry Potter ha marcado una etapa de sus vidas (en la mayoría de ellas esa etapa ha sido la adolescencia) en las que han seguido sus aventuras, sus logros y sus pérdidas pero, sobre todo, en las que han descubierto con él un mundo lleno de magia y de sorpresas. Yo me encuentro en ese segundo grupo de espectadores y, creo que solamente aquellos que compartan un grado de afición tan alto como el mío son capaces de entender todos los sentimientos que produce el saber que una etapa tan importante ha llegado a su fin. Ya ocurrió en ese momento en el que lees la última frase del séptimo libro. Pero entonces aún nos quedaba la saga cinematográfica, un pequeño consuelo. Ahora ya ni eso. Ya está, todo lo que teníamos que ver o saber sobre este mundo tan especial se ha terminado.
Eso sí, lo ha hecho a lo grande y ofreciendo a unos seguidores tan fieles lo que se merecen. También hay que decir que la escritora J.K. Rowling se lo puso muy fácil a todo el equipo encargado de llevar adelante la película, y es que su último libro superó en emoción, acción y espectacularidad a todos los anteriores. Tan solo encuentro un momento demasiado retorcido, demasiado rebuscado y cogido con pinzas que, afortunadamente, en la película solo aparece de pasada, sin profundizar en el tema para salir aerosos de una situación confusa. Todo un acierto haber dividido este último libro en dos películas para ofrecer una gran batalla final, sin dejarse ningún elemento clave, mostrando todo lo que los lectores, al leer cada palabra, imaginaron ver en la ficción cinematográfica.
A nivel interpretativo debo destacar el excelente trabajo de Ralph Fiennes que realiza un trabajo impecable en la piel de Voldemort, ayudado por una caracterización asombrosamente bien hecha. Y una vez más, Helena Bonham Carter demuestra lo bien que le quedan los papeles excéntricos poseídos por la locura. En cuanto al trío protagonista más famosos de los últimos 10 años (Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint) se han mantenido en su línea de siempre, con todo lo positivo y negativo que ello conlleva. Los efectos especiales lográn introducirte en una escenas de lo más impactantes. Ya lo comentaban los jóvenes actores que han protagonizado la saga durante una década: sorprende ver unos decorados tan familiares, tan nuestros, reducidos a montones de piedra y polvo.
La tensión que domina casi el 100% de la película consigue que los amantes de la saga disfruten de cada minuto de la cinta, con un regusto a dulce despedida, con el conocimiento de que ese será un día inolvidable, el fin de una era no solo en la historia de Harry Potter, sino también en la de cada uno de los que hemos vibrado con su historia. Una despedida épica que ha sabido estar a la altura de las circunstancias (algo complicado teniendo en cuenta las grandes expectativas de millones de personas de todo el mundo). Una experiencia que tenéis que vivir en una sala de cine, a poder ser en 3D (un momento así hay que disfrutarlo con la mayor calidad posible) y que, cuando desaparezca después de mucho tiempo de las carteleras de los cines tenéis que volver a disfrutar tantas veces como queráis en el comedor de vuestra casa. En definitiva, un recuerdo eterno compartido a lo largo y ancho del planeta. El fenómeno Harry Potter pone punto y final, sí, pero continuará vivo en la memoria de todos nosotros.

sábado, 16 de julio de 2011

En el preestreno de "Templario"

Ayer tuve la suerte de poder asistir al preestreno de esta película de la que casi ninguno de vosotros habréis oído hablar: Templario. Y digo suerte porque, si hace una semana os hablaba de mi mala experiencia en el preestreno de Águila Roja: la película, en esta ocasión pude disfrutar de un film que, a pesar de no llegar a ser un peliculón, me sorprendió muy gratamente. Hay que matizar que la vi en V.O.S. y que seguramente es un factor que influyó bastante en mi percepción final de la película. De esta forma se valora mucho más el trabajo completo de los actores y no se puede atribuir el mérito o el desastre a la labor de los dobladores. La cinta se ambiente en el s. XIII en una Inglaterra medieval reinada por un hombre cruel y sin escrúpulos, Juan I (Paul Giamatti). Cuando se ve obligado a firmar la Carta Magna, decide vengarse de todos aquellos que, en lugar de servirle, decidieron emprender una guerra contra él. Un pequeño grupo de guerreros, liderados por un templario atormentado (James Purefoy), serán los únicos en plantarle cara y defenderán el castillo de Rochester, la clave para acabar con el rey.
En los primeros minutos de la cinta ya queda claro que el director Jonathan English no ha querido cortarse ni un pelo en las escenas más violentas y sangrientas. Preparaos para ver carne desgarrada, torturas y castigos de un dolor insoportable, incluso para el espectador que lo presencia cómodamente desde su butaca. Es algo que, a riesgo de que pueda parecer morboso, se agradece, pues no es más que una manera de mantenerse fiel a la realidad que se vivía en aquella época. La brutalidad de las imágenes hace más creíble la historia. Además, las armas utilizadas en los combates (con asombrosamente bien recreadas catapultas) y las estrategias tan orginales lograrán dejarte con la boca abierta. Las escenas de las batallas son impresionantes, aunque se nota la escasez de presupuesto. 
En la realización de los enfrentamientos encontramos un acierto y un fallo que empobrece la calidad. Por un lado, se ven escenas impactantes y, a diferencia de la mayoría de films de este tipo, en todo momento sabes lo que pasa, las imágenes no dejan ninguna duda. En cambio, en algunos momentos la cámara se mueve de tal manera que marea al espectador. Sé que parece mentira que las dos técnicas puedan coincidir, pero imagino que esos momentos de desgaste se deben a la falta de dinero que ya he mencionado. 
Si hay un actor que destaca especialmente sobre el resto ese es Paul Giamatti (La joven del agua, Win Win). Estamos acostumbrados a ver al estadounidense en papeles mucho más bondadosos y adorables, pero en Templario demuestra que  es capaz de moverse en todo tipo de registros y ofrece una clase magistral de actuación que consigue dejar maravillada a toda una sala, sobre todo en los momentos finales de la película en los que el personaje llega a su punto álgido. El protagonista James Purefoy (Destino de caballero) no brilla pero tampoco decepciona. Realiza un trabajo aceptable dentro del típico héroe de batallas medievales.
Otro aspecto que me llamó especialmente la atención es la ambientación de los escenarios en los que se desarrolla la acción. Hay pocos, pero los que hay están muy bien trabajados y realizados., hasta el más mínimo detalle.
En definitiva, una película sangrienta, brutal y emocionante no apta para los estómagos más delicados, pero totalmente recomendable para los amantes de las batallas medievales que disfrutan con la crueldad y la franqueza de las imágenes. Mucho me temo que, a pesar de todo, no se hablará mucho de ella y no creo que sea capaz de aguantar la presión de los nuevos estrenos del verano.

jueves, 14 de julio de 2011

Beginners

Suelo pensar que cuando una película que aparece en los medios de comunicación como uno de los estrenos más importantes de la semana y, sin embargo, resulta difícil encontrar salas de cine en las que la proyecten es que merece la pena verla. Suelo pensar que la calidad de una película tiene mucho que ver con su reparto de actores. Y si el argumento consigue llamarle la atención es bastante complicado que no me cautive. Beginners parecía cumplir todos estos requisitos: en toda Barcelona solo había tres cines en los que aparecía en cartelera, los actores protagonistas Ewan McGregor y Mélanie Laurent, ya se habían ganado mi admiración en películas como Big Fish y Malditos Bastardos, respectivamente, y los temas que forman la trama consiguieron llamar mi curiosidad. Las expectativas, por lo tanto, eran bastante altas y, quizá por eso, mi desilusión al salir del cine fue bastante considerable. 
Me aburrí. Y bastante. La historia, aunque se presentaba como interesante desde un principio, no parecía avanzar. No ocurría prácticamente nada y, cuando lo hacía, ya era demasiado tarde pues había dejado de preocuparme. En muchos momentos era demasiado surrealista, los acontecimientos se producían sin tener mucho sentido y la razón de tanto disparate se me escapaba por completo. Tenía la sensación de tener ante mí unos temas que me preocupan y completamente capaces de formar la base de una gran película. Pero esos temas simplemente eran expuestos, no se profundizaban lo suficiente y mucho menos se desarrollaban con claridad. Simplemente se quedaban en la originalidad. El papel de los actores se puede catalogar de aceptable, pero desde luego no era nada del otro especial.
A pesar de todo, Beginners sí cuenta con algunos aspectos que me hicieron sonreír y pensar que, después de todo, no era tan mala película. Durante toda la cinta, aparecían imágenes pensadas para evocar en el espectador determinados sentimientos y pensamientos. Imágenes muy bien seleccionadas y totalmente acertadas que conseguían que el film alcanzara la magia que me esperaba. Pero sin duda alguna, lo mejor de todo fueron los momentos en los que aparecía ese perro tan adorable como inteligente. Los subtítulos de lo que dice el animalito no tienen desperdicio, como  tampoco lo tienen las conversaciones que mantiene con él Ewan McGregor. Estos son los escasos motivos por los que valió la pena ir a verla. Por lo demás, considero que os la podéis ahorrar o, por lo menos, os aconsejo que os esperéis a que salga en vídeo. Se acercan unos estrenos que prometen mucho más. Solo espero no volver a equivocarme...

domingo, 10 de julio de 2011

Entrevista a David Janer y Martina Klein

La película protagonizada por estos dos guapísimos actores ha supuesto la mayor sorpresa del año de nuestro cine. Innovación es la palabra que mejor define el trabajo que ha realizado el equipo de ‘Águila Roja: la película’. Y es que es muy poco habitual que las series españoles se adapten a la gran pantalla y aún menos cuando se trata de una historia de aventuras. Para colmo, el reparto nos encontramos con una Martina Klein que presenta su primer papel cinematográfico. Hemos hablado con la modelo y con David Janer sobre el rodaje de esta inusual película y sobre el gran momento profesional que están viviendo.
P: Martina, ¿cómo te llegó la oportunidad de ser la protagonista de ‘Águila Roja: la película’?
MK: Yo he es
tado trabajando para Globomedia todo el tiempo, ahoraúltimamente en ‘El club del chiste’, hasta que un día me paró por los pasillos Luis Narciso, el director de casting de la película yme propuso esta oferta que era un al que solo podía decir sí. No se me ocurre mejor manera de entrar en el cine que con una película que mezcla acción, comedia, drama y amor.
P: ¿Cómo ha sido incorporarse a un reparto de actores que ya se conocen desde hace tiempo?
MK: Al principio me preocupaba bastante el hecho de ser la nueva en un grupo que ya está muy unido. Pero en todo momento me he sentido arropada por mis compañeros y he acabado siendo una más. La verdad es que todos me lo pusieron muy fácil. De esta película me llevo grandes amigos como David, Francis Lorenzo o Miryam Gallego, con los que sé que podré contar en el futuro.
P: En cambio tú, David, partías con la ventaja de todo el trabajo desarrollado en la serie. ¿Qué diferencias has encontrado en el rodaje de la película?
DJ:
La diferencia básica es que se trata de un ritmo de rodaje más intenso si cabe que el de la propia serie. Sí es cierto que disponíamos de algo más de tiempo que en la serie, pero menos que el de las producciones americanas, por ejemplo. Mi personaje, Gonzalo, también varía en algunos aspectos, en el sentido de que ahora se tiene que enfrentar a un dilema personal más radical. Tiene que elegir entre seguir siendo un héroe que lucha por los demás o dedicarse más a su hijo y centrarse de lleno en su función de padre.
P: Martina, ¿eras una seguidora de la serie?
MK:
Era todo lo seguidora que puede ser una madre, es decir, a ratos. Cuando el niño se iba pronto a dormir, yo ya había cenado y no tenía trabajo pendiente sí que podía verla. Y me enganchaban sobre todo los papeles del comisario y de la marquesa. Cuando los conocí en persona no podía dejar de pensar cómo puede tanto amor producir tanta maldad. Con lo complicados que son esos papeles.
P: Entonces, ¿no te habría gustado más hacer de mala?
MK:
Para nada. Yo creo que en un momento dado ser buena y cándida es una buena forma de entrenarse antes de ser mala. Ademástengo un aspecto que externo que ayuda más a entender la bondad.
P: ¿Has tenido que realizar algún tipo de preparación especial para la película?
DJ:
No, la ventaja es que ya veníamos del trabajo de la serie en el que ya se hizo un proceso de aprendizaje. Además, yo de pequeño había hecho artes marciales y se me ha ayudado mucho con la memorización de las coreografías. Aunque sí que las batallas están más cuidadas que en la serie porque son algo más largas y tienen que ser muy creíbles. Y evidentemene las escenas de alto riesgo como las caídas, las cabalgadas espectaculares y los grandes saltos los realizan los especialistas.
P: En cuanto a ti, Martina, ¿cuál fue la parte más complicada del rodaje?
MK:
Sin ninguna duda aprender a montar a caballo. Beatriz, mi personaje, se pasa más de media película encima del caballo y yo antes nunca lo había probado. En una semana tuve que ponerme las pilas y conseguir que pareciera que llevaba toda una vida montando a caballo. Y al margen de esto, a nivel interpretativo también tuve que poner toda la carne en el asador. El director me ofreció toda su ayuda y yo, como es lógico, totalmente abierta a todos sus consejos para terminar haciéndolo lo mejor posible.
P: ¿La película está pensada únicamente para los seguidores de la serie o no es necesario seguirla?
DJ:
Cualquiera puede ir a ver la película. Se ha planteado como una película totalmente independiente de la serie. Con lo cual, los seguidores habituales se van a encontrar con los mismos personajes y sus mismas historias y los que nunca hayan visto ‘Águila Roja’ podrán disfrutar de una gran aventura y de una película cargada de emociones.
P: ¿Qué representa el personaje de Beatriz en la vida de Gonzalo?
DJ: Beatriz es una mujer muy poco corriente y muy diferente a como es Margarita, el gran amor de Gonzalo. Ella entra en su vida por sorpresa y desde el primer momento surge una química especial entre ellos dos. Viven momentos bastante intensos durante la película. Pero igualmente el tema con Margarita sigue ahí y continuará en la serie. Ese es el motivo por el que aparece Beatriz, nos permite introducir romanticismo a la película sin continuar con la historia de Margarita.
P: Entonces ¿el personaje de Beatriz será exclusivo de la película?
MK:
En principio mi participación se limita a la película, pero es cierto que Beatriz es un personaje totalmente apto para la serie y para participar posteriormente en la vida de Águila Roja. Me parece que es un tipo de mujer que no se ha visto en las series de ficción y que viene a darle a Gonzalo dolores de cabeza positivos para la serie. Pero de momento es solo un personaje pensado para la película y para conseguir que se entienda el proceso de Águila Roja durante la película.
P: David, tú llevas muchos años trabajando en varias series y películas, pero nunca habías protagonizado una historia de acción y aventuras. ¿Qué te ha aportado el hecho de rodar una serie y una película más cercana a las superproducciones de Hollywod?
DJ: Me ha ofrecido la oportunidad de realizar un tipo de cine que aquí hasta ahora parecía algo inconcebible, con una acción y unos decorados que tiempo atrás no habríamos podido imaginar. Creo que además una serie como Águila Roja ayuda a otras producciones televisivas utilicen estos métodos. Y personalmente es una experiencia que te enriquece como actor y como persona.
P: ¿Te ha picado el gusanillo tu primer trabajo como actriz? ¿Te ves haciendo más películas o series en un futuro? 

MK: Me pica el gusanillo esta película en particular. Pero hay que tener en cuenta que películas como no se hacen películas como esta. Y eso es lo bueno y lo malo de ‘Águila Roja: la película’, que he entrado por la puerta grande y no sé si las próximas películas que me ofrezcan tendrán tanta calidad. Me llevo una gran experiencia, pero ya veremos si continúo en el mundo del cine. Tampoco te creas que era el sueño de mi vida. Ahora mismo no me planteo grandes metas, simplemente lo dejo en el aire y lo que ocurra en el futuro ya se verá.
P: Todo el mundo conoce a David Janer por ser Águila Roja. ¿Crees que esto te ayudará en un futuro a la hora de buscar nuevos papeles o temes encasillarte en el papel del héroe histórico?

DJ: Este es el gran dilema. El tiempo lo decidirá. Me lo plantean muchas veces, si no tengo miedo a encasillarme o si me quedo estancado. Yo recuerdo muy bien cuando hice ‘Compañeros’, que en principio era un gran salto en mi carrera y sin embargo estuvo 8 meses en paro. Recuerdo que mis padres no entendían cómo podía ser que después de participar una serie de tanto éxito no me quisieran dar ningún trabajo. Por
eso si me hubieran dicho antes de empezar con ‘Águila Roja’ que me iba a dar trabajo para 4 años pero después me iba a encasillar o me iba a quemar, habría aceptado de todas formas. Yo lo que quiero es trabajar y lo que ocurra en un futuro ya se verá.
P: ¿Esperábais que la serie tuviera tanto éxito? 

DJ: Antes de que se estrenara en la serie había mucha preocupación entre todo el equipo porque no sabíamos si al gran público le iba a gustar y enganchar una historia tan inusual y atrevida. El hecho de imaginarse a un héroe que practica las artes marciales y va saltando por los tejados en el siglo XVII era una apuesta bastante arriesgada. Pero lo cierto es que desde un principio el éxito ha sido rotundo y hemos conseguido mucha más audiencia de lo que nos podríamos haber imaginado.
P: ¿Es posible que el hecho de que muchos de los temas que encontramos en la serie también estén presentes en la actualidad haya ayudado a generar interés entre el público?

DJ: Sí, es bastante posible que eso haya ayudado a entender mejor la serie y a hacerla más interesante. Hemos tratado temas como la corrupción política, el abuso del poder, la fuerza de la Iglesia o la violencia de género. Pero de todas formas creo que con eso no basta y la originalidad del tema ha sabido atraer al público.
P: Supongo que anécdotas en tanto tiempo de trabajo tendréis miles. ¿Cuál es la primera que se os viene a la cabeza? 

MK: Yo la que más recuerdo es la del caballo. Había un momento de la película en la que tenía que galopar al lado de David pero manteniendo mi caballo un paso por detrás del suyo, por aquello de que es el héroe. Pero mi caballo eso no lo podía tolerar y se picaba con el otro. Hasta que al final el mío salió escopeteado hacia donde estaban todas las cámaras. Y yo en ese momento no sabía si tirarme y matarme o si continuar y que fuera lo que el caballo quisiera. Pero afortunadamente todo quedó en un susto sin importancia.

sábado, 9 de julio de 2011

En el preestreno de Águila Roja: la película


Toda película con aspiraciones taquilleras prepara su despegue en la sesión de preestreno para los críticos. Una valoración general positiva en los medios, junto con una mínima expectación entre el público, puede llegar a ser una garantía de éxito en las salas de cine. Así, la primera cita obligada con Águila Roja: la película tuvo lugar el pasado lunes 11 de abril a las diez de la mañana en los cines Icaria de Barcelona, fecha y lugar escogidos para presentar el film a los espectadores más exigentes. Desde luego el ambiente de la sala no favorecía mucho la situación. Una decena de críticos de todo tipo de medios se dispersaron entre las butacas. Todos se conocían, todos se ponían al día de sus últimas novedades profesionales y personales y todos se mostraban recelosos de sentarse juntos. Medio dormidos, algunos comentaban el hecho de haberse situado estratégicamente para “salir huyendo” si la película no merecía malgastar su tiempo. Las expectativas antes de comenzar no eran precisamente buenas para ninguno de los presentes.
Así, la primera cita obligada con Águila Roja: la película tuvo lugar el pasado lunes 11 de abril a las diez de la mañana en los cines Icaria de Barcelona, fecha y lugar escogidos para presentar el film a los espectadores más exigentes.
A las diez en punto se encendió el proyector y apareció en escena la modelo (y parece que a partir de ahora también actriz) Martina Klein huyendo a lomos de su caballo de Francis Lorenzo y sus secuaces. Las escenas del primer cuarto de hora de película provocaron que uno de los críticos abandonara la sala sin dudarlo. Fue el primero, pero no el último. Los demás le miraron con cierta envidia y dudaron de seguir sus pasos, pues lo visto hasta el momento dejaba evidente que las próximas dos horas iban a ser insufribles. 
Las risas no tardaron en llegar, aunque más que por lo acertados o graciosos de los momentos cómicos era por el absurdo de las situaciones. Incluso en los momentos teóricamente dramáticos que buscaban tocar la fibra sensible del espectador una carcajada general imperaba en la sala. Una de las críticas mostraba su desaprobación constantemente con todo tipo de onomatopeyas que todavía cargaban más el ambiente de pesadez y agobio.
Los únicos momentos en los que nadie podía rechistar era cuando se producían las escenas de acción mejor preparadas. Durante el resto de la película, la mayoría de los presentes consultaba impacientemente su reloj o su teléfono móvil deseando que aparecieran por fin los créditos finales. Unos de los momentos que originaron más revuelo entre los asistentes fueron aquellos en los que se exaltaba un patriotismo español demasiado forzado y exagerado que suponía la guinda del pastel de una película que no convencía a nadie.
Cuando quedaba media hora para que terminara la película, un crítico más decidió emprender su huída hacia el exterior, incapaz de esperar por más tiempo.  Después de dos horas, la película llegó a su fin y todos salimos apresuradamente de la sala de cine con el deseo de olvidar cuanto antes el tiempo perdido.
La siguiente cita tuvo lugar dos días más tarde. El miércoles 13 de abril fue el día escogido para realizar las entrevistas a José Ramón Ayerra, el director de la película, y a los actores David Janer y Martina Klein. El Hotel Arts de Barcelona fue el escenario escogido para el encuentro entre el equipo y los periodistas. Éstos, menos numerosos que en el día del preestreno, esperaron pacientemente en la terraza del bar del hotel la llegada de los artistas. La primera en aparecer fue una simpática Martina Klein que pasó al comedor del restaurante para que la maquillaran y peinaran. Poco después, se dejó ver Ayerra y concedió unas rápidas entrevistas individuales a los pocos periodistas interesados en sus declaraciones. En el caso de los actores las entrevistas tuvieron que ser que ser compartidas. Martina Klein parecía tener un guión aprendido de lo que la prensa quiere saber y contestaba todas tus preguntas antes de ser formuladas. Más especial fue la entrevista a David Janer quién, a pesar de que todo el mundo comentaba lo tímido y vergonzoso que es, se lanzó al sofá del comedor y se tumbó cómodamente justo antes de comenzar la entrevista. Los momentos divertidos de nuestra charla con Janer fueron provocados por las insólitas preguntas que realizaba una de las periodistas a las que a veces el mismo actor no sabía cómo responder. El broche final de la entrevista llegó con la última petición de la misma periodista, que insistió en fotografiar las manos de Águila Roja porque es lo que solía hacer con todos sus entrevistados. En  definitiva, toda una experiencia de lo más inusual.
En la próxima actualización os ofreceré las entrevistas a los dos actores protagonistas.

viernes, 8 de julio de 2011

Revolutionary Road

Entre tanto producto hollywoodiense basado en la supremacía del ciudadano norteamericano sobre el resto del mundo y, sobre todo, en la búsqueda de la felicidad a través del sueño americano, es de agradecer que de vez en cuando se nos ofrezcan películas tan sinceras y sobrecogedoramente realistas como Revolutionary Road. Y es que es precisamente esa idea tan explotada la que pretende contradecir esta magnífica obra de arte protagonizada por Kate Winslet y Leonardo DiCaprio. Esta pareja de actores se pone en la piel de un matrimonio aparentemente perfecto pero que en realidad se encuentra atrapado en la triste y oscura rutina y en el recuerdo asfixiante de los deseos frustrados. Una familia a la que todo el mundo considera especial, única y admirable, aunque en el fondo no llevan más que la vida que siempre quisieron evitar. Él tiene un trabajo que detesta, el mismo al que su padre dedicó su vida, y ella es una ama de casa resignada en su papel de madre y esposa ejemplar que no es capaz de superar su fracaso como actriz.
Sin embargo, las cosas parecen dar un giro cuando surge la idea de cambiar radicalmente sus vidas con un traslado a París que supone una última oportunidad de poner remedio a tanta desilusión. Pero en ocasiones actuar es más complicado de lo que parece y esta pareja tendrá que enfrentarse al difícil debate entre dejarse llevar por los acontecimientos que se suceden irremediablemente o tomar las riendas de sus propias vidas y elegir siempre la opción que más te llene, aunque sea la más arriesgada. En definitiva, se trata de una historia cargada de emociones que consigue hacer que el espectador se plantee muchas cuestiones de su propia situación y que entienda a la perfección todo lo que sienten los personajes. Y es que ¿quién no se ha sentido alguna vez vacío e insatisfecho con su vida, deseoso de encontrar la manera tomar un nuevo rumbo?

En cuanto al trabajo de los actores, es innegable el gran cambio para mejor que ha experimentado la pareja protagonista de la mítica Titanic. Es en Revolutionary Road, al menos bajo mi criterio, donde Winslet y DiCaprio se consolidan como grandes actores del momento con un trabajo inmejorable capaz de dejar al público tan maravillado como asombrado. Las escenas de las discusiones son sin duda lo mejor de la película gracias a un guión reflexivo e intenso y unas interpretaciones impecables. Soy incapaz de encontrar un solo reproche a esta película que se ha convertido en un pilar imprescindible en mi filmografía.
Pero hay que reconocer gran parte del mérito a Richard Yates, el autor de la novela en la que se basa la película, y digo se basa por no decir directamente que es un reflejo prácticamente exacto de ella. No conozco ningún caso en el que la versión cinematográfica se mantenga tan fiel a la obra literaria en la que se inspira. Mismos sucesos, mismas situaciones y mismas conversaciones. Y a pesar de ello, aunque sabía en todo momento lo que iba a suceder en el libro, el autor consiguió mantenerme interesada y emocionada en cada página. Y por mucho que cueste creerlo, la amargura que viven los personajes no te transmite un pesimismo insoportable, sino que logra todo lo contrario: hacerte reaccionar y replantear cuales son tus prioridades en la vida y los sueños vitalmente necesarios para gozar de todo el grado de felicidad que sea posible.