jueves, 22 de septiembre de 2011

Brindemos en tu nombre, Charlie Harper

Por Meritxell Terrón.
¿Es capaz de sobrevivir una serie sin su protagonista principal? Según las estadísticas, la mayoría lo son. En España parece ser que somos especialistas en deshacernos del “prota”, substituirlo por los secundarios, dándoles más importancia, y añadiendo algún que otro personaje más que llene ese vacío. 


Nombraré ciertas series como 7 vidas, en la cual Toni Cantó estuvo al frente solamente tres temporadas. Por extraño que parezca, la audiencia comenzó a subir a partir de su marcha y logró permanecer en antena 10 temporadas más. En Sin tetas no hay paraíso, mataron a Miguel Ángel Silvestre en la segunda temporada, pero ésta solo consiguió aguantar otra temporada más, haciendo que Amaia Salamanca pasase a mejor vida hacia el paraíso eterno para reencontrase con “El Duque”. En Yo soy Bea se cambió prácticamente a todo el elenco, llegando incluso a decir que la serie tiene dos partes: la de Beatriz Pérez Pinzón y la de Beatriz Berlanga Echegaray. Hay más series que fueron reemplazando a todos sus personajes principales hasta ser considerada una nueva generación. Es el caso de Compañeros. Que los no tan jóvenes estuviesen siete años para acabar bachillerato provocó que tuvieran que airear la serie, sobre todo después de la pérdida de audiencia. Los nuevos estudiantes lograron mantener a flote la estrella de Antena 3 durante tres temporadas más. Otros ejemplos similares son Los Serrano y Aída, que tuvieron que apoyarse en los actores secundarios.


Pero el resto de países no se salva. Skins es un caso parecido al de Compañeros, solo que ya han llegado a hacer tres generaciones, dedicando a cada una dos temporadas. En CSI Las Vegas llevan dos años conviviendo con la ausencia de William Petersen y Gary Dourdan y con la caída en picado de la audiencia. Para terminar con esta larga lista, está el ejemplo de Expediente X, donde David Duchovny abandonó a Scully para no encasillarse en una serie que se estaba haciendo demasiado repetitiva. Incluyeron a dos personajes más en su lugar, Robert Patrick y Annabeth Gish para intentar reflotarlo, pero fue en vano.


¿Podrán Jon Cyer y Asthon Kutcher mantener el legado de Charlie Sheen? Creo que tienen una carga demasiado importante para ellos. Después de ver el primer capítulo de la nueva temporada me doy cuenta de que el papel de Kutcher se asemeja más a un famoso invitado, de esos que hacen una aparición estelar en un capítulo, todos nos reímos y vuelve a sus quehaceres. Tampoco veo preparado al personaje de Alan para poder llevar el peso de la serie. Por lo tanto, no comparto la opinión de la crítica sobre que Ashton Kutcher ha borrado el recuerdo de Sheen. Creo que aún le queda mucho por hacer para convertirse realmente en su sustituto.
¿Habría sido mejor dar por finalizada la serie después de despedir a su personaje principal? Pues parece que Chuck Lorre tiene la esperanza de que la cara bonita del marido de Demi Moore será capaz de tirar adelante con el vacío que ha dejado el mujeriego Charlie Harper. El co-creador de la serie, en una póstuma venganza para avergonzar al personaje del que venía siendo su enemigo durante el último año, le atribuyó a Charlie Harper una larga lista de enfermedades venéreas e incluso una experiencia gay. Después, Alan derramó sus cenizas por el suelo y el nuevo personaje las pisó, dejando claro su posición en la serie. Prácticamente, su hermano es el único que lamenta su muerte y el resto del reparto parece indiferente e incluso aliviado. Por otra parte, intentó captar audiencia mostrando a Kutcher paseándose desnudo por la casa en varias ocasiones y siendo alabado por su “trompa de elefante”, cosa a mi parecer muy típica y poco lograda.


A pesar de continuar teniendo unos diálogos realmente conseguidos con ese toque de humor tan característico, esos personajes tan irreverentes… creo que la serie solo mantendrá el público que le es fiel por el estilo que tiene y conseguirá aquellos curiosos que se acerquen a ver qué tal lo hace este American Playboy. De nuevo, Alan en el papel de pagafantas y Walden Schmidt (Ashton Kutcher) haciendo de rico vividor. No sé por qué, pero creo que nos han vendido otro perro con el collar del que está muerto.

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