miércoles, 20 de julio de 2011

Harry Potter y las reliquias de la muerte - Parte 2

Existen dos tipos de espectadores de la saga de Harry Potter: los que acuden a verla al cine cada vez que se estrena en las salas como si de una especie de obligación se tratase, sin que los personajes les preocupe especialmente e incluso perdiendo el hilo de la historia en algunos momentos. Y también están los que dejaron que el joven mago entrara en sus vidas hace muchísimos años a través de las páginas escritas por una tal J.K. Rowling, que consiguió que millones de personas se engancharan a sus libros y vivieran con ansiedad la publicación de cada una de las partes en las que se divide su obra. Para estos últimos, Harry Potter ha marcado una etapa de sus vidas (en la mayoría de ellas esa etapa ha sido la adolescencia) en las que han seguido sus aventuras, sus logros y sus pérdidas pero, sobre todo, en las que han descubierto con él un mundo lleno de magia y de sorpresas. Yo me encuentro en ese segundo grupo de espectadores y, creo que solamente aquellos que compartan un grado de afición tan alto como el mío son capaces de entender todos los sentimientos que produce el saber que una etapa tan importante ha llegado a su fin. Ya ocurrió en ese momento en el que lees la última frase del séptimo libro. Pero entonces aún nos quedaba la saga cinematográfica, un pequeño consuelo. Ahora ya ni eso. Ya está, todo lo que teníamos que ver o saber sobre este mundo tan especial se ha terminado.
Eso sí, lo ha hecho a lo grande y ofreciendo a unos seguidores tan fieles lo que se merecen. También hay que decir que la escritora J.K. Rowling se lo puso muy fácil a todo el equipo encargado de llevar adelante la película, y es que su último libro superó en emoción, acción y espectacularidad a todos los anteriores. Tan solo encuentro un momento demasiado retorcido, demasiado rebuscado y cogido con pinzas que, afortunadamente, en la película solo aparece de pasada, sin profundizar en el tema para salir aerosos de una situación confusa. Todo un acierto haber dividido este último libro en dos películas para ofrecer una gran batalla final, sin dejarse ningún elemento clave, mostrando todo lo que los lectores, al leer cada palabra, imaginaron ver en la ficción cinematográfica.
A nivel interpretativo debo destacar el excelente trabajo de Ralph Fiennes que realiza un trabajo impecable en la piel de Voldemort, ayudado por una caracterización asombrosamente bien hecha. Y una vez más, Helena Bonham Carter demuestra lo bien que le quedan los papeles excéntricos poseídos por la locura. En cuanto al trío protagonista más famosos de los últimos 10 años (Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint) se han mantenido en su línea de siempre, con todo lo positivo y negativo que ello conlleva. Los efectos especiales lográn introducirte en una escenas de lo más impactantes. Ya lo comentaban los jóvenes actores que han protagonizado la saga durante una década: sorprende ver unos decorados tan familiares, tan nuestros, reducidos a montones de piedra y polvo.
La tensión que domina casi el 100% de la película consigue que los amantes de la saga disfruten de cada minuto de la cinta, con un regusto a dulce despedida, con el conocimiento de que ese será un día inolvidable, el fin de una era no solo en la historia de Harry Potter, sino también en la de cada uno de los que hemos vibrado con su historia. Una despedida épica que ha sabido estar a la altura de las circunstancias (algo complicado teniendo en cuenta las grandes expectativas de millones de personas de todo el mundo). Una experiencia que tenéis que vivir en una sala de cine, a poder ser en 3D (un momento así hay que disfrutarlo con la mayor calidad posible) y que, cuando desaparezca después de mucho tiempo de las carteleras de los cines tenéis que volver a disfrutar tantas veces como queráis en el comedor de vuestra casa. En definitiva, un recuerdo eterno compartido a lo largo y ancho del planeta. El fenómeno Harry Potter pone punto y final, sí, pero continuará vivo en la memoria de todos nosotros.

1 comentario:

  1. totalmente de acuerdo contigo Carla. Y ahora que? Pues a animar a las nuevas generaciones a disfrutar como hemos disfrutado durante los últimos 10 años de nuestras vidas con esta historia llena de magia que potencia la imaginación de todos los niños que se adentran en el mundo de hogwarts!! aunque incluso mi padre, a sus 55 años, me regaló el último libro diciendome "acabalo rápido que quiero leerlo". En fin, quedemonos con la nostalgia agridulce que nos transmite el haber acabado, por fin, con esta larga história!

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